Las distorsiones cognitivas dentro del aula

Las distorsiones cognitivas son interpretaciones equivocadas de la realidad que crean sentimientos negativos como la ira, la ansiedad, la depresión.
Lo que sentimos no dependerá de lo que esté sucediendo sino de cómo se enfrenta.
Estas distorsiones cognitivas suelen desarrollarse en mayor medida en la adolescencia.
En esta etapa las vivencias son muy importantes y significativas que pueden marcar la forma como se procesa información.
En diversos casos las distorsiones cognitivas se mantienen porque no se logra cuestionar que está actuando de forma errónea. La persona no es consciente de ellos e influyen emocionalmente.
La influencia genética, las vivencias, el aprendizaje vital tienen que ver en estas distorsiones.
La atención selectiva es un tipo de sesgo en que la persona solo se fija en detalles aislados dejando a un lado los más importantes.
Otra distorsión común es la tendencia a adivinar el futuro lo cual mantiene un estado de preocupación en la persona por pensar en cuestiones que sean improbables, y es como si la estuviera viviendo o que realmente va a suceder.
Exagerar las consecuencias de las cosas de manera catastrófica como si realmente fuesen así. Etiquetarse otra distorsión muy común, calificando conductas propias o ajenas, con palabras que descalifican “soy un idiota”
Generar expectativas de situaciones que probablemente no lleguen ni siquiera a cumplirse, exigir a los demás o así mismo más de lo que se puede esperar. Inferir arbitrariamente generando falsas premisas tras razonamientos ilógicos.